En tiempos de crisis es más complicado arañar dinerito para dedicarlo a nuestros vicios musicales. Pero esta escasez no es excusa para tirar la toalla y dejar que la vagancia se apodere de nuestras manos. Necesitábamos un pad con el que pudiésemos practicar en cualquier parte, así que, siguiendo algunos modelos, diseñamos el nuestro:
Como complemento, y aprovechando que disponíamos de material, fabricamos unas baquetas con palos de brocheta. Utilizamos 12 palos en cada una, lo cual les da cierta consistencia (no romperían jamás un yunque, pero a nosotros bien nos sirven).
Para reforzar la unión usamos cinta de carrocero (estamos dudando aún en si forrarla con adhesivo plástico o no) y unas gomas de colores para mantener unidos los palos en la punta. Las gomas tienen una ventaja: si queremos un sonido del tipo "escobilla" al golpear, bastará con retirarlas hacia atrás (hacia el mango). Esta acción liberará los palos, les permitirá separarse, haciendo que el golpe se disperse.
Lo dicho. No hay excusa.
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