Los hay que habitan en grupos de cuatro, cinco, seis... o de manera individual los más temerarios, exponiéndose a los caprichos de un mar a veces sereno, a veces despiadado, que en numerosas ocasiones se recrea erosionando y fragmentando, hasta su total desaparición, las frágiles estructuras de estos corazones.
Cada año los recolectamos (rescatamos), lavamos y preparamos para que puedan lucir fuera del agua con tanta vida como lo hacen dentro. Ellos sí logran alcanzar el sueño de la Sirenita de Hans Christian Andersen, palpitando más allá de lo que el mismo Neptuno hubiese imaginado.
- muestras de algunos corazones individuales y en grupos de cuatro -
- churro de 15 corazones de Neptuno -
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