Con mucha paciencia, y sobre una superficie plana (o sobre una malla de tela bien tensada), extendemos el emplaste hasta conseguir una lámina uniforme y fina de papel. Nosotros utilizamos un papel plastificado como soporte, pero es preferible una superficie que no se arrugue y que no sea porosa.
Aquí tenéis el resultado final.
Nos quedó un poco arrugado porque el papel plastificado acabó cediendo a la fuerza de la humedad.
¡Mucho mejor nos hubiese ido con una malla! Y se habría secado antes :_D
Aprenderemos de nuestros errores. Practice makes perfect! :)